POSTURAS LITÚRGICAS

 GESTOS Y POSTURAS EN LA EUCARISTÍA


En la celebración de la Misa levantamos nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces a Dios, pero somos criaturas compuestas tanto de cuerpo como de alma y es por esto que nuestra oración no está confinada a nuestras mentes, a nuestros corazones y a nuestras voces, sino que también se expresa en nuestro cuerpo.   El cuerpo sirve no sólo para expresar las actitudes interiores sino también para intensificarlas.

Caminar o ir en procesión




Caminar revela la actitud de quien se pone en el camino del Señor y va hacia él. Caminamos en la procesión de entrada junto con el celebrante, en la presentación de los dones, cuando nos acercamos a comulgar. Somos el pueblo peregrino en marcha hacia Dios.

Estar de pie




Estar de pie significa: estar listo, atento y mostrar respeto. En los primeros tiempos la comunidad cristiana oraba de pie. Estar de pie es una actitud de liberación, ya no somos esclavos ni tenemos vergüenza ante Dios, ahora somos hijos de Dios. Ejemplo: nos ponemos de pie al inicio de la Misa, al momento de la lectura del Evangelio, en el Prefacio (santo), etc.

Sentado




Es la actitud adecuada para escuchar. Nos sentamos para las lecturas y la homilía. También es la actitud del jefe que preside, por eso el celebrante tiene su sede (su asiento).

Señal de la Cruz





Signo de pertenencia a Cristo. Es la señal de nuestra salvación y signo de que estamos bajo la protección de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se usa al inicio y final de la Misa, al inicio de la lectura del Evangelio. La señal de la Cruz es el recuerdo simbólico del bautismo que nos hace pueblo real y sacerdotal. 
Antes de la proclamación del Evangelio hacemos tres veces la señal de la cruz, en la frente, en la boca y en el pecho. El gesto en la frente indica una necesidad interior para entender la palabra de Dios, en la boca una disposición para proclamarla y en el pecho una gran voluntad para hacerla parte de nuestra vida diaria.

De rodillas




Es un gesto que implica la actitud de humildad, de quien reconoce la grandeza de Dios. Es una actitud típicamente penitencial, signo de arrepentimiento. También es una actitud de oración individual, de meditación. Es la actitud de adoración frente al Santísimo. Esta actitud se hace común a partir de los siglos XIII y XIV. Se recomienda para reconocer la grandeza de Dios y la pequeñez de la persona.

Golpearse el pecho




Es el acto penitencial de reconocer las propias culpas. Indica pena y dolor por las faltas cometidas y humildad frente a Dios.

Silencio
Actitud de adoración o de meditación.

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